Remedios para unas Piernas Ligeras

Remedios para unas Piernas Ligeras

 

 

¿Sabías que la pesadez de piernas que sientes en verano, viene derivada de una mala circulación venosa?

Si sientes que el calor te carga las piernas al final del día, se te hinchan los tobillos o sientes pesadez continua en las piernas, necesitas potenciar y aligerar tu circulación de retorno.

¿Cómo se hace esto? Con masaje, presoterapia, baños de contraste de agua fría, pasear, tratamientos circulatorios con vendajes y envolturas, poner las piernas en alto y en casos de necesidad tomar algunos suplementos circulatorios.

Pero… ¿Por qué se estanca la sangre?

Básicamente existen estas causas:

 

  •  Una es la mala calidad de las paredes de nuestras venas que tienden a dilatarse y perder consistencia. Cuando ocurre esto, se abren unas valvulitas que están dentro de ellas, con lo cual, la sangre en lugar de retornar hacia el corazón, hacia arriba, tiende a caer hacia los pies, aumentando la presión. Por eso sentimos pesadez en la parte baja de nuestro cuerpo. Existe una sustancia, la Homocisteína, que hace que estas paredes se estropeen, por eso, a veces necesitamos suplementos dietéticos para activar la circulación y evitar el aumento de esta sustancia en nuestro cuerpo.

 

  •  Otra causa habitual es el exceso de tóxicos en nuestros tejidos. Cuando tenemos mucha sobrecarga en nuestro sistema sanguíneo y linfático, podríamos decir que la sangre “se espesa” y le cuesta más moverse. Esto se soluciona con cambios de la alimentación, tratamientos desintoxicantes y circulatorios.

 

  • El exceso de calor. Cuando sube la temperatura, las venas, arterias, los poros, etc… se “abren” para poder regular mejor la temperatura, pero en este caso, su resultado es que la vena pierde “presión” y no es capaz de bombear adecuadamente. Esto se puede solucionar, poniendo las piernas en alto, con tratamientos crioactivos, con masajes, presoterapia, etc.

 

  • Demasiado tiempo de pie. Casi todas las personas que trabajamos largas horas de pie, hemos sentido esta sensación. Debido al calor y al propio efecto de la gravedad, cuantas más horas pasamos de pie, más filtración hay de nuestra linfa y las piernas tienden a hincharse y a pesar. Los remedios son masajes, tratamientos circulatorios, presoterapia, poner las piernas en alto, y prevenir esto con medias de compresión y/o geles frios con activos circulatorios.

 

  • Excepcionalmente hay personas a las que no les circula bien la sangre por falta de nutrientes; por ejemplo, un caso típico es la falta de hierro. Si no tienes suficientes minerales y nutrientes la sangre no tiene “fuerza” para moverse y tiende a estancarse, como hemos dicho, en la parte inferior del cuerpo. Esto se puede mejorar nutriendo la sangre, previa analítica o test kinesiológico, según el grado. Después se suplementa la alimentación con los nutrientes necesarios.

 

  • Existe otra causa menos comentada ya que no es una causa física, lo llamaremos… Cuando la persona… “NO FLUYE”; es decir, cuando nuestras emociones se atascan, respiramos corto, estamos en ansiedad, etc… Esto hace que nuestros líquidos tampoco fluyan y empeora nuestra circulación, tanto sanguínea como linfática. ¿Qué podemos hacer en ese caso? Mirarnos por dentro, valorar nuestras emociones y ver si podemos hacer algo para aceptarlas mejor. Y después, si cabe, cambiarlas. Si es tu caso pero no terminas de descubrir lo que necesitas, una sesión de Kinesiología te puede ayudar a encontrar el camino.

 

  • Una alimentación demasiado expansiva (o demasiado Yin, según nos dice la Medicina Tradicional China). ¿Qué es eso? Pues son alimentos que, por sus características energéticas, hacen que nuestros electrones se muevan hacia afuera; o sea, que tienden a dilatar los tejidos, empeorando todos los efectos que hemos visto anteriormente. Paradójicamente, muchos de esos alimentos son muy “veraniegos”, como la cerveza o los helados. ¡Si, sé que os doy un disgusto! y no os voy a prohibir nada. Solamente me parece importante que lo sepamos, para poder ponerle remedio o limitar su consumo, y no tengamos que sufrir otros efectos secundarios.

Como veréis existen multitud de causas, como todo lo que afecta a los seres vivos, por las cuales estamos sometidos a la influencia de nuestra genética y de los factores externos.

Nuestras recomendaciones para el verano son clásicas. Da buenos paseos al atardecer, báñate en el mar o toma duchas de agua fría, aplícate una buena crema circulatoria a diario (consúltanos). Toma alimentos frescos y de temporada —frutas, ensaladas y verduras—, acompañadas de proteínas ligeras, como pescados y carnes a la plancha. Evita, en lo posible, los refrescos azucarados, los lácteos helados y los dulces en general, así como el alcohol.

Si ya tienes varices y te toca trabajar de pie en verano, busca tratamientos circulatorios con envolturas refrescantes o pide que te testemos algún suplemento circulatorio. Los masajes y la presoterapia también serán tus grandes aliados.

Disfruta del verano, Cuidate, quierete y… ¡No te dejes para después!

 

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